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Por qué pienso #nolesvotes

abril 20, 2011 Deja un comentario
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Quedan 31 días #nolesvotes

Van a cumplirse dos meses publicando a diario acerca de #nolesvotes y, aunque he hablado largo y tendido del movimiento, de por qué salir a votar el 22 de mayo y no quedarse en casa, de qué otras opciones hay además de PP y PSOE… Pero no os he hablado de cómo llegué a ser nolesvotiense.

Por mi rango de edad, pertenezco a ese 65% de la población española (echad cuentas con los datos del INE) que no tuvo la oportunidad de votar la actual constitución española. Con mis 26 primaveras (contando esta) he visto cómo el PSOE era sucedido por el PP de Aznar, he visto cómo era reelegido con mayoría absoluta, he visto aflorar como setas grúas y construcciones de moles de cemento que nunca han llegado a habitarse en una enorme burbuja inmobiliaria, he visto con rabia contenida nuestra entrada en la guerra de Irak, he visto cómo los pueblos del mundo se echaban a la calle, he visto cómo víctimas inocentes morían en innumerables atentados (de hecho, he sufrido uno en mis propias carnes), he visto cómo el PSOE de Zapatero echaba al PP de Aznar con su «talante», he visto ese «talante» transformarse en insultos, descalificaciones y oraciones incendiarias lanzadas desde uno y otro bando… He visto muchas cosas… Pero nunca había hecho nada.

Pero un día llegó mi amigo eloso por Twitter y me dijo. «¿Has visto eso de #nolesvotes?» Y yo no sabía a qué se refería. En ese momento me metí en la página inicial del movimiento (www.nolesvotes.com) y leí parte de su wiki (http://wiki.nolesvotes.org). Leí más, me informé, eloso intervino en esa tertulia… Y en un par de horas vi la lógica de toda la idea.

No te pedimos el voto para ningún partido concreto, ni que votes en blanco, ni que te abstengas, sino que te informes para comprobar que existen alternativas.

La idea era tan sencilla que es absurdo que a nadie se le haya ocurrido antes. Se trata de reutilizar el sistema para darle la vuelta a la tortilla. Y lo mejor: no había cabeza visible. No había líder a quién seguir. Simplemente era una idea, con la que cada cual se sentía identificado, motivado a fomentarla y proclamarla si quería, sin tener que rendir cuentas a nadie. Me gustó.

En todas las elecciones (y muy especialmente en las elecciones municipales y autonómicas) hay innumerables fuerzas políticas pugnando por cargos en la administración local y autonómica. Sin embargo siempre acaban ganando las mismas: PP, PSOE o CiU. Curiosamente, las fuerzas políticas más votadas son las que menos escuchan al ciudadano. Ejemplos de ello tenemos para aburrir: La guerra de Irak, la jubilación a los 67 años, el canon digital, la ley Sinde… Y no importa si uno u otro están en el poder porque… ¡Oh, vaya! ¡Ambos están en el poder! Uno por si solo con mayoría simple puede no tener peso, pero ambos son tres cuartas partes del Congreso… si tienen que hacer algo para perpetuar sus escaños, se pondrán de acuerdo y nos dejarán de lado a los ciudadanos… eso seguro.

En definitiva, el ciudadano está vendido… ¿O no?

Es evidente que no ir a votar, pese a ser una forma de protestar, no va a cambiar las cosas. Ya ha habido elecciones con más abstenciones que votos a la primera opción parlamentaria, y nadie ha hecho caso. Es más, ya ha habido elecciones que superaban el 50% de abstenciones y nadie ha hecho caso. Para más INRI, los europarlamentarios que tienen su escaño pese a la abstención de más del 55% de los electores, se han creído con el derecho de cobrar las dietas de los viernes sin estar presentes y de volar en primera clase

Es evidente que votar en blanco, pese a ser una forma de protestar, no va a cambiar las cosas. Votar en blanco dificulta cambiar las cosas. Hace más difícil a las formaciones pequeñas conseguir el porcentaje mínimo que se requiere para conseguir escaños según la ley D’Hont, una de las grandes lacras de nuestro sistema electoral. No, un voto en blanco no es un escaño vacío, es un escaño que se quita a una formación pequeña y que se distribuye entre las grandes. En la práctica, es votar a lo que vote la mayoría.

Es evidente que votar nulo no va a cambiar las cosas, a menos por supuesto que quien vote nulo sean los votantes férreos del PPSOE. Me encantaría que en estas elecciones, cuando metieran su papeleta del PP o del PSOE, tachasen a todos los imputados en casos de corrupción en esas listas. Ya que no van a votar a un partido pequeño, como mínimo podrían tener la deferencia de no votar a gente corrupta, tachándola de la papeleta, ¿no? Pero el resto de los votantes sabemos que eso provocaría un voto nulo, que a todos los efectos funciona como una abstención.

Y, personalmente, yo quiero que cambien las cosas.

La idea es sencilla. Utiliza el sistema para cambiar el sistema. No te abstengas, no votes en blanco, no votes nulo… pero tampoco votes a los de siempre. Esto va a polarizar mucho el voto, sí, pero va a dejar a la ley D’Hont sin efectos prácticos y, lo mejor… va a obligar a los grandes partidos a tener que escuchar a los más pequeños, que muchas veces tienen muchas mejores ideas, pero muchos menos votos.

Para eso, lo primero que tienes que hacer es escucharles, currarte tu voto. Porque no se trata de votar al tun-tún. La democracia no es votar. La democracia es elegir, y para elegir hay que estar informado. Pero niégate a que te coman el tarro los de siempre. Ya sabemos como funcionan de sobra. Ya sabemos que nos prometerán el oro y el moro hasta que consigan nuestro voto… y después, nada (a menos que tengas mucho dinero, en cuyo caso serás amigo suyo y formarás parte del próximo escándalo corrupto-político).

La idea es sencilla, clara y tiene todas las de funcionar. Solo hace falta gente convencida, así que había que empezar a convencerla. Ahí es donde mi amigo eloso y yo nos retamos mutuamente a escribir al menos una vez al día sobre la idea #nolesvotes.

Dentro de poco hará dos meses que escribimos. Entretanto hemos aprendido a tratar con candidatos, con televisiones, con medios de comunicación, con trolls, con twitter, con facebook, con otras formaciones (como #malestar o #democraciarealya), hemos recibido críticas, destructivas y constructivas, hemos compartido impresiones, denunciado injusticias, promovido ideas y, lo mejor, hemos convencido a más gente.

A todos los nolesvotienses que me siguen en el blog: gracias. A todos los que todavía no os habéis «convertido», pensadlo dos veces, informáos y veréis que es una idea fantástica y que puede funcionar. Y si decidís uniros, hacedlo con fuerza y comenzad a convencer a los vuestros también. A todos, gracias por estos dos meses, y ánimo. A por el mes que nos queda.

#nolesvotes

«¿Estás intentando condicionar mi voto?»

marzo 30, 2011 1 comentario
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Quedan 52 días #nolesvotes

O… «¡Oye, que el voto es secreto!» O… «¡Ya decidiré yo a quién voy a votar!» O cosas parecidas. ¿No os lo ha dicho nadie cuando habéis sacado el tema en una conversación en la vida real? A mi sí, y muchas veces.

No entiendo por qué en este país asociamos el hablar de política con un ataque, aunque puede que por la misma razón por la que aparecen trolls en el Twitter de #nolesvotes. ¿Se ven atacados por la posibilidad de que ganemos? No sé, no veo el problema. La única manera de que #nolesvotes gane será que la población se convenza, porque es un movimiento que nace con el objetivo de convencer. Y si la gente se convence, y vota, y vota en conciencia, y cambia las reglas de la democracia de este país… Habrá sido libremente. ¿Nos oponemos a un cambio democrático elegido libremente por los ciudadanos? ¿Es que no podemos hablar de política en este país?

Hablar de política cuando se acercan las elecciones es algo natural en otros países. Sucede que estuve en Holanda hace unos años. Allí, gente normal y corriente, ante unas elecciones, trabaja de voluntaria en los gabinetes de prensa o repartiendo flyers y merchandising de los partidos políticos a los que defienden en las calles. En EE.UU. todavía se estila más el hablar de política. No solo se gestionan las campañas con cientos de voluntarios que llaman a diestro y siniestro para conseguir financiación y votos; la gente llama a sus madres, sus tíos, sus primos, sus sobrinos… habla con las otras madres en el colegio, conversan en el supermercadoHablar de política no es malo. Intentar convencer tampoco.

Cuando voy a decirte: «Oye, ¿a quién vas a votar en las próximas elecciones?» no te lo digo para herirte o para burlarme de ti… ¡Vaya! Ya hemos dado con la clave. ¡Eso es! ¡Claro! ¡Ahora caigo! Estamos tan acostumbrados a ver en la tele y las noticias a los políticos burlándose socarronamente unos de otros… Estamos tan acostumbrados a ver a Zapateros y Marianos, Cospedales y Rubalcabas y sucedáneos atacándose… Estamos tan acostumbrados, que asociamos la política a la imposición, la defensión a ultranza de unas posiciones, la negativa a la negociación, el cierre de la mente a nuevas ideas… Pero la política no es así. No debería ser así. Y lo sabes.

Lo sabes porque te quejas del gobierno. Lo sabes porque te quema la corrupción de tu comunidad autónoma. Lo sabes porque te duele la cifra del paro. Y lo que vengo a decirte hoy es sencillo. No asocies la política con los políticos. Hay muchas más maneras de hacer política que las que te enseñan en televisión. Y existe una manera muy sencilla en la que tú, sí, tú, también puedes decir lo que piensas y cambiar la manera de hacer política y a los que salen en la televisión. Se llama votar. ¿Libremente? Sí, por supuesto. ¿En secreto? Sin duda. Pero bien.

Sí, quiero condicionar tu voto. Quiero que votes, pero no a PSOE, PP o CiU (los de siempre). No. Quiero que votes bien. Quiero cambiar la política de este país. Y sé que tú también quieres. #nolesvotes. #votaaotros.

Si sientes #malestar, #nolesvotes

marzo 1, 2011 11 comentarios
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Quedan 80 días #nolesvotes

Hace tiempo que quería hablar de un movimiento ciudadano similar a #nolesvotes en la ideología y organización, aunque ligeramente diferente en las formas. Me refiero a la gente de #malestar.

Igual que #nolesvotes, #malestar es un movimiento que aglutina ciudadanos, cada cual de una ideología y forma de pensar diferentes, pero con un mismo denominador común: la indignación y el cabreo.

Mucha gente de #malestar une sus voces a #nolesvotes y viceversa. En sus tweets y sus blogs etiquetan ambos movimientos. Ambos motivan a la gente de su alrededor a no quedarse quieta, pero los movimientos difieren en un pequeño aspecto: la orientación, u objetivo.

#malestar propone salir a la calle y hacer ruido. Manifestarse pública pero pacíficamente es el método que han escogido para expresar sus ideales. Es perfectamente respetable, a la vez que democráticamente loable, que los ciudadanos que se sienten engañados por su sistema expresen su malestar por la situación públicamente. Es más, es expresando públicamente ese malestar que se ganan los cambios en el sistema. La muestra más reciente la tenemos en los sucesivos levantamientos que se están produciendo en Oriente Medio contra los regímenes totalitarios del mundo árabe. Y, cosa importante, malestar.org deja bien claro que pese a ser enérgicos y directos en sus manifestaciones, son un movmiento ciudadano pacífico. Este requisito es indispensable si se quiere legitimar la victoria sobre el sistema.

#nolesvotes viene de orígenes mucho más ligados a Internet. Es harto conocido que el movimiento #nolesvotes, aunque ha evolucionado mucho, comenzó como ahijado del movimiento en contra de la ley Sinde por parte de tantos y tantos ciudadanos que estábamos en contra de su aprobación. Hoy, esta voz global de todos esos ciudadanos y los que se han añadido a lo largo de las semanas (y los que se irán añadiendo) realiza acciones similares a las de #malestar, pero desde el mundo virtual. Nuestros twitters y blogs están repletitos de hashtags de #nolesvotes, el wiki está reeditado cada día y cada vez se amplía más la lista de blogs dedicados a la idea de no votar a los de siempre y cambiar la tendencia del sistema utilizando bien el voto. Entre ellos, el blog de mi amigo Eloso, que tiene un pique diario conmigo.

Es curioso que ambas orientaciones poco a poco se van encontrando. Cada vez más, los nolesvotienses nos estamos acercando a las posiciones de los malestarienses en cuanto a «vociferar» la necesidad de cambio en el mundo real tanto como nos sea posible. Empezamos por twitter, seguimos por nuestros blogs y ahora lo traspasamos a nuestros amigos y conocidos en el mundo real. Mi amigo Eloso ha conseguido que nuestra amiga Luz se moje, escribiendo este artículo. Yo estoy haciendo lo propio con mi gente en Alicante, y probablemente también me una a los malestarienses el próximo viernes en su manifestación semanal. Muchos malestarienses ven también en #nolesvotes una manera de defender ideales que poco a poco van adoptando.

También es curioso cómo la orientación de cada movimiento ha definido la manera en la que se presentan sus respectivos sitios en Internet. Ambos tenemos nuestros espacios en Internet, por supuesto. Pero mientras que el foro de malestar.org es sensiblemente más intuitivo, atrayente y fácil de usar que los foros de nolesvotes, algo normal en un movimiento abierto a expresar las quejas; la ideología recogida en el wiki de #nolesvotes, su listado de blogs asociados y cómo nos curtimos la piel defendiendo ideales en todos los comentarios de las redes sociales es de corte más denso y con un trasfondo motivador de cara a las elecciones, algo normal en un movimiento orientado a proponer soluciones. Sin embargo ambos son igualmente inclusivos y abiertos y ambos se guardan mucho de centralizarse o convertirse en alternativas políticas. Siguen siendo ciudadanos.

Como decíamos en el chat de malestar.org (curiosamente en el mismo servidor que el chat de nolesvotes.org), mientras que #malestar saca a la calle las quejas del ciudadano, #nolesvotes plantea soluciones: «¿Sientes #malestar? Pues #nolesvotes.» Ambos movimientos son igualmente válidos, necesarios y complementarios. Y por ello, animo a los malestarienses a que unan sus blogs, twitters y facebooks a #nolesvotes (cosa que, por otra parte, cada vez sucede más espontáneamente, como tiene que ser en los movimientos ciudadanos), porque la combinación de ambos puede ser la bomba el próximo 22 de mayo.

Yo, desde luego, también siento #malestar por la situación de España y por eso te recomiendo que #nolesvotes. Pero vota.